Los oyentes preguntan… ¿Qué tiene de cierto la leyenda del puente romano de Talavera de la Reina?

El puente de Santa Catalina, es el puente más antiguo de Talavera de la Reina (Toledo), levantado en tiempos de los romanos y restaurado en el siglo XV, cuando se le dio el aspecto con el que hoy le conocemos. Precisamente la parte más primitiva es la que está situada por debajo del nivel del agua.

Desde entonces se ha restaurado en varias ocasiones, la última de ellas en 2002, de ahí que no todos sus ojos sean iguales.

Sobre el puente existen varias leyendas, desde la que cuenta que bajo el puente hay un pasadizo que conduce al otro lado del río desde el casco antiguo y que en ese pasadizo habría un tesoro escondido, proveniente de la Atlántida, una ciudad mítica que dominó el oeste de Europa y el norte de África hasta que Atenas consiguió detener su avance, este tesoro fue guardado allí por unos seres diminutos a los que se conocía como pequeños hombrecillos pálidos.

Pero además de esta “descabellada” historia, existe otra creencia, más real si cabe, en torno al puente de Santa Catalina.

Cuentan que los días de luna llena del mes de noviembre, puede verse en el reflejo en el agua, el rostro de una bella mujer. Cuentan que es la imagen del “fantasma de la costurera”.

El relato nos lleva al siglo XVI, cuando en tiempos de la Inquisición, vivía en Talavera de la Reina, una costurera de nombre Carmen. Era la más bella mujer de la localidad, que vivía dedicada de forma exclusiva a su trabajo.

Los hombres del lugar competían por ganarse su cariño, pero Carmen de familia humilde tenía poco tiempo para dedicarlo al ocio, ya que llevaba sobre su espalda la responsabilidad de sacar adelante a sus cuatro hermanos pequeños, tras haber quedado huérfanos tiempo atrás.

Los jóvenes talaveranos se arremolinaban en el entorno de la casa de Carmen, para verla coser sin parar a través de la ventana.

Un grupo de mujeres, envidiosas de la situación, acusaron a Carmen de brujería ante la inquisición, argumentando que si había tantos hombres alrededor de su casa era porque Carmen había conjurado al diablo para ello, o les había hecho beber un elixir maléfico, así que Carmen fue juzgada y condenada culpable injustamente.

Días más tarde fue quemada viva en la hoguera y sus cenizas fueron lanzadas al río Tajo, desde el puente de Santa Catalina.

Desde entonces cada noche del mes de noviembre, cuando hay luna llena, el rostro de Carmen se deja ver en las aguas del Tajo, bajo el puente de Santa Catalina.

P. Moratilla


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