Los oyentes preguntan por el castillo de Chinchilla

Si hay algo que distingue al castillo de Chinchilla de Montearagón es precisamente su colosal foso, con una anchura de 10 metros y una profundidad de 6. Imposible cruzarlo de no ser por el puente de madera habilitado al efecto.

Se encuentra situado en el cerro de San Blas y su tamaño y cercanía hace que sea visible desde muchos lugares lejanos.

En este lugar habitaron los íberos y también los romanos, pero fueron los musulmanes, los primeros que levantaron una fortaleza a la que llamaron XERIF EL IDRISSI, que fue reconquistada, por el infante D. Alfonso en el año 1241.

Doscientos años más tarde, en 1449, el castillo fue un capricho de D. Juan Pacheco, marqués de Villena, que compró la construcción y lo restauró en su totalidad dándole la forma con la que hoy le conocemos.

En 1479 el “nuevo” castillo pasó a manos de la corona castellana, tras serle arrebatado al marqués, debido a la contienda surgida entre este y la reina Isabel La Católica.

A partir de ese momento, este castillo, ha sido testigo de las más cruentas batallas libradas, tanto con la Guerra de Sucesión como con la Guerra de la Independencia y posteriormente la Guerra Civil.

Desde el siglo XVIII sirvió como presidio, y su primer preso fue Cesar Borgia, hijo del Papa Alejandro Borgia, que ocupó el aposento más alto de la antigua torre del homenaje.

César, segundo hijo del Papa, estaba destinado a la carrera clerical, mientras que su hermano se ocupaba de la militar.

El segundo hijo del Papa fue nombrado obispo de Pamplona con tan solo 16 años y a los 19 era arzobispo de Valencia. Un año más tarde se convirtió en cardenal y después en Capitán General de la Iglesia, al tiempo que su hermano aparecía muerto.

Fue acusado de la muerte de su hermano, por celos, ya que era del dominio público que este idolatraba a su hermano y siempre quiso dedicarse a las armas, por lo que un año más tarde abandonó la carrera eclesiástica, apoyado por su propio padre, con tal destino.

En 1503, cuando muere el Papa Alejando, César le hizo oposición a los Reyes Católicos que mandaron prenderle, para lo que el Gran Capital se desplazó a Italia y lo hizo prisionero. Lo trajo de vuelta a España y lo encarceló en el Castillo de Chinchilla, donde permaneció un tiempo hasta que fue trasladado al Castillo de la Mota en Medina del Campo.

La imposibilidad de escaparse del escarpado castillo albaceteño, quedó diluida en el castillo de la Mota, del que César Borgia si pudo escapar.

Un año más tarde de su huida, su cadáver apareció desnudo.

P. Moratilla


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