EL AMOR A LA POESÍA…

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A sido un resurgir pleno, o como dice mi amiga Ana Isabel Madrigal, el AVE FÉNIX en persona, quien abrió sus alas, esta tarde en mi hogar.

Tras la gran noticia y sorpresa, de la edición de tres de mis poemas, en una Antología Poética, constituida no solo por escritores españoles, sino también latinoamericanos, ha llegado la calma, el sosiego y la paz, y con ellos la reflexión.

Tres poemas escritos una mañana de agosto, jugando a un juego que me enseñaron mis padres: ESCRIBIR POESÍA. Ahora ya tranquila, sola y satisfecha, tras un montón de llamadas de teléfono a todos aquellos que saben de mi amor por la escritura, me quedo en el silencio con mi ordenador y mis pensamientos, y no puedo borrar los dos rostros de aquellos que tanto me animaron a escribir. Ellos que son la esencia y el alma de todo lo que escribo.

La simpleza de la vida a veces, no nos deja ver aquello que reluce con más fuerza, perdiendo la mirada en paisajes que no reportan paz. Pero esta noche, acompañada de mi soledad, no dejamos ambas de ver esos rostros, con una enorme sonrisa de satisfacción por la noticia. ¿Que poco se necesita para ser feliz y como nos empeñamos en tirarlo por la borda a veces en empresas que no lo merecen?

El tiempo da y quita razones. Hace ocho años, proyecté un programa de radio que fue gratamente acogido en radio Puebla, su título POESÍAS POR LA PAZ. Con el no se pretendía buscar escritores en potencia, ni a nadie que hubiese escrito algún poema alguna vez, sino simplemente sacar el alma de poeta que tenemos todos. En él se trataba de conocer poetas de otras culturas, y escuchar las distintas voces, con los distintos acentos de todos aquellos que estaban de paso en La Puebla de Montalbán.

En el año 2010 el programa se desplazó a Radio los Navalmorales, pero tan solo duró un año…las razones no las voy a traer a esta entrada, pero con aquel programa de radio se perdieron esos momentos de Paz infinita vividos, escuchando las voces de los poemas acompañados de una música idónea para cada uno de ellos… y murió, murió en 2010.

Durante todo este tiempo, he seguido leyendo poesía, como quien escucha la voz de los ángeles, sobre todo al maestro Benedetti, quien no solo escribe versos con rima (que mucha veces ni la tiene), sino que con sus palabras uno entra dentro del mundo de la filosofía, Facundo Cabral, Neruda, Lorca, Machado, Hernandez, Salinas, Idea Vilariño, y de Teodoro González (mi abuelo) aunque sin lugar a dudas, del que más aprendí, fue de Julián Moratilla.

Esta noche, entre mis recuerdos de poesía, guardo tantos¡¡¡ escucho las voces de mi tío Martín y de mi tío Joselito que recitaban como nadie, poniendo el corazón en la boca a aquellos que les escuchaban. Comprimiendo el alma en un puño y aguantando la respiración sobre todo escuchando ese «Embargo» de Gabriel y Galán, capaz de hacernos sacar las lágrimas a todos los presentes, viendo el sentimiento que ponían en ello.

Hoy tengo a mi lado, un hermoso cuadro con el escudo del pueblo de mi padre La Puebla de Montalbán, una filigrana según dicen de valor económico, pero para mi lo que cuenta es el sobre que tiene el cuadro pegado por detrás, bien sujeto por mi padre en su día, cuando gané mi primer premio de poesía, «PREMIO RAFAEL FERNANDEZ POMBO de poesía». Ese sobre contiene la felicitación por parte de los gobernantes, y la notificación del premio, y no tiene valor porque lo firmara el alcalde de turno que en aquel momento estaba, sino porque mi padre lo agarro bien fuerte al cuadro para que nunca dejara de escribir, para que recordara ese momento… por eso hoy… mi alegría y mi ilusión sigue vinculado a ellos, a los que depositaron en mi un alma de POETA, a los que dedico cada una de mis palabras escritas, y a quien sé que hoy en el cielo, estará celebrando una gran fiesta… junto a todos los poetas de «mi familia».

P, Moratilla .


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