UNA DECEPCIÓN MAS…

1

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2016/03/09/catalunya/1457522631_143931.html

Se que las modas deben existir, sobre todo para aquellos a los que la iniciativa y la seguridad de su persona no les da suficiente contenido como para optar, o elegir por uno mismo sin tener un referente en el que fijarse.

Asumo su existencia, como se puede asumir, la existencia de el «bien» o el «mal» sobre la tierra, los buenos o los malos, los dulces o los amargos, los leales o los traidores, pero si esa moda me induce a desprestigiar otras cosas … otros gustos… u otras opiniones jamás la seguiré.

Si eso lo trasladamos al mundo de las ideas… no tiene nombre, y desde mi pequeña posición en este mundo me revuelvo contra ello, porque como diría el Ché, «no comparto su pensamiento, pero me dejaría la vida luchado para que usted puede hacerlo publico y manifestarlo» Por defender en una palabra la LIBERTAD DE EXPRESIÓN.

Cuando uno plasma sus ideas en el papel, y las expone ante un determinado número de miradas, se arriesga a que aquellos que no comparten tus ideas, se aparten de tu camino, aún tal vez siendo buena gente, y buenos amigos, aunque eso si… intolerantes, y censuradores de opinión, y es entonces cuando uno se pregunta si merecía la pena tenerlos como AMIGOS, o si tan solo deberían ser «amigos», o simples conocidos…

Desde hace unos días vengo observando determinados comentarios en los grupos políticos de moda, esos que ahora parece que todo el mundo ha de seguir, y me decepcionan continuamente, porque el tiempo va mostrando las caras de cada uno de ellos, y se va viendo poco a poco su fondo. En este caso hablo de Ada Colau, alcaldesa de Barcelona, por la que esta semana sentí vergüenza ajena. Una mujer a la que he defendido en sus comienzos, por esa lucha infatigable en favor de los necesitados, de los que esta exhausta crisis machacaba, de los desahuciados… pero cumpliéndose el «Principio de Peter», teniendo un recorrido intachable, ha llegado al tope de su incompetencia, expulsando a los militares de una Feria de Educación, donde como tantos otros colectivos, se exponían sus vías a la cultura.

Son muchos los españoles de otras generaciones, que sin medios para dedicarlos a la educación se inscribían en los cuerpos militares, así como en los estudios religiosos, porque no tenían dinero para asistir a la universidad, pero tenían inquietudes culturales acentuadas y esa era su única manera de llevarlas a la práctica, por lo económico de la inversión.

Durante años hice una afirmación muy tajante, cuando aún no tenía hijos, y decía «Prefiero a mi hijo antes cura que militar». Pero las cosas han cambiado, y el ejercito de hoy no es el ejercito de los años ochenta, setenta, sesenta, cincuenta, cuarenta….

El ejercito de hoy lo componen hombres y mujeres, que lejos de hacer la guerra, ejecutan misiones humanitarias, de salvamento, de operaciones complicadas. El ejercito de hoy lucha por la LIBERTAD, defiende la CONSTITUCIÓN, y cuida el MEDIO AMBIENTE, y como de sabios es rectificar… hoy en el siglo XXI no pienso de la misma manera. Atrás quedaron esos comportamientos antidemocráticos, dictatoriales, y fascistas dentro del ejercito, y del ejercito de hoy me siento orgullosa por poner en peligro sus propias vidas, para evitar la muerte de los civiles en esas terribles guerras, o el salvamento de montañeros sorprendidos por los aludes en lo alto de las montañas, por su lucha antiterrorista, o por defender la legalidad constitucional tanto dentro de nuestras fronteras como fuera de ellas. Hombres y mujeres que tienen un ideal, y una forma de vivir, que yo personalmente respeto en todo su sentido.

Por esta razón Sra Colau, ha pasado usted de ser, al menos desde mi humilde perspectiva, una gran mujer luchadora de los oprimidos, a ser una impositora de ideas: No quiere usted ver militarizada la educación, pero es que existe una educación militar, dentro de una sociedad civil, donde en libertad uno recoje lo que siembra, y siembra lo que mas le gusta. Pero sobre todo hablamos de un colectivo amplio de hombres y mujeres que han elegido la educación militar para hacer de su vida una bandera. Hace muchos años, yo diría casi 25, que el derecho de admisión se prohibió en este país. No se donde ha vivido usted estos últimos 25 años, pero este es un país democrático, donde la libertad de elección de las personas es o mejor dicho, (como consecuencia de su veto),  debería ser algo que impidiera que la dirigente de un partido, o la responsable de un ayuntamiento evitara,  coartara o restringiera  y no como ha sido en su caso que fomentara el veto a poder ser informado

La LIBERTAD Sra. Colau, es el bien mas preciado que tiene un ser humano, y el hecho de que a usted personalmente no le gusten los militares, no es óbice, ni la autoriza a imponer a toda una generación de jóvenes (del lugar donde usted ahora mismo dirige sus designios y su futuro),  para vetar el derecho a la información y por lo tanto a decidir sobre su vida y su persona.

Siento decirla, que para mí ha entrado en el mismo saco de los dictadores, de los fracasados que tratan de imponer sus criterios porque tienen miedo de ser desbancados de sus pequeñas cuotas de poder… y las decepciones siempre me han ocasionado mucha tristeza.

P. Moratilla

 


Deja un comentario