El «celemín» entre «cuartillos», «azumbres» «fanegas» y «duros»

En plena época de desarrollo digital, donde ya para comprar no es necesario verse las caras con el vendedor, e incluso uno puede hacer consultas a la Seguridad Social sin salir de su casa, una aprende nuevas palabras al tiempo que va echando de menos las que ya no se utilizan.

Ya no quedan casi personas que nos puedan explicar lo que es un «celemín», «una fanega», «un cuartillo», o un «azumbre» aunque ahora sepamos que es un tuit, un wasap, o un youtuber. Son las palabras, las que se van imponiendo con el paso del tiempo y su utilización. Supe lo que era un «cuartillo», porque aunque ya existía la uperisación y la pasteurización, mi abuela seguía diciendo «Te voy a poner un cuartillo de leche», aunque nunca tuve conciencia de que medida se trataba. Hoy sé que es la cuarta parte de un «azumbre» y que este es algo mas de dos litros.

De igual manera, la gente hablaba de fanegas, o de duros, teniendo que hacer la cuenta para saber cuántas pesetas eran 250 (1.250) hoy además abría que transformarlo en euros (7.5).

Entre azumbres, fanegas, y duros se encontraba el «celemín», ese pequeño cajón de madera, perfectamente cuadrado, que había medido trigo, arroz, o garbanzos, y cuya equivalencia hoy es difícil de averiguar: 3 celemines una cuartilla, cinco celemines una hemina, seis celemines un cuarto y doce una fanega, pero no de las de tierra sino de las de capacidad. Todo un entramado de números y medidas que se ha simplificado mucho en los últimos tiempos, a pesar de que ahora hablemos de gigas, memoria ram, o cobertura 3G.

Estas medidas me hacen pensar, que en todas las épocas ha habido alguien interesado en complicarnos la vida para que no lo lleguemos a entender. Lo que nunca sabrán es que aquí en nuestra tierra, no siempre nos entendemos con exceso de literatura, ni con fórmulas matemáticas, sino que podemos hacerlo con un ¡¡¡Hay Juan¡¡¡ cuya respuesta sera un ¡¡Hay Pedro¡¡¡ y eso será suficiente para tomarse unas cañas el próximo día que se encuentren cerca de la taberna de la plaza, da igual si es caña, corto, jarra o litrona.

P. Moratilla