Cuando Riolobos habla, nos hace pensar

 

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No tienen desperdicio las declaraciones de esta semana de Carmen Riolobos Regadera, portavoz, a la sazón, del Partido Popular en Castilla-La Mancha. Pone en marcha el difama que algo queda cuando afirma que el PSOE «tiene más de mil imputados que están siendo juzgados por los ERE de Andalucía«. Es evidente que lo suyo no es el derecho. Los imputados fueron 50 y no mil. De esos 50, 28 fueron exculpados, por lo que procesados son 22. Debería saber la senadora popular que a los imputados no se les juzga, sino que se les investiga, para comprobar si son o no acusados. Ahora con los datos limpios, podemos hacer una comparativa con la corrupción del Partido Popular, que no solo está en Andalucía, sino repartidos por toda España, muchos de los cuales  ya no son imputados, ni acusados, ni juzgados, sino condenados por sentencias firmes, aunque la de Gürtel todavía no lo sea.

Aun así los magistrados en la sentencia del caso Gürtel explican que han tenido en cuenta otros casos similares en los que también estaba involucrado el Partido Popular, celebrados en la Audiencia Nacional como el de Orange Market (2004-2009), el del Ayuntamiento de Jerez, referido a la Feria Internacional de Turismo (2004), el de AENA (2000-2002), el de la Visita del Papa (2003-2007), el de Boadilla del Monte (2002-2009), el del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana en relación con FITUR (2005-2009) o el del delito electoral, también de la Audiencia Nacional entre 2007 y 2008.

Solo una persona como Riolobos, puede tener la osadía de afirmar que «la sentencia deja claro que el PP no ha sido condenado» o que hay «ausencia total de su partido en la participación de los hechos que se juzgaron«. Tal vez no ha leído la sentencia aún y por eso se permite el lujo de hacer tal aseveración, porque de manera reiterada, en varias de las 1687 páginas que componen  la sentencia Gürtel, se deja claro que el Partido Popular está detrás de la trama y en concreto, considera como «Hechos Probados» que el objetivo de esta trama era, textualmente, «Enriquecerse ilícitamente con cargo a los fondos públicos mediante contratos celebrados con administraciones públicas gobernadas por el Partido Popular«. Añade además la sentencia que la dinámica utilizada fueron los «sobornos a funcionarios y autoridades, emisión de facturas falsas y ocultación de la procedencia ilícita de los fondos, por tanto también a la Hacienda Pública«.

Podríamos recomendarle a Riolobos que se leyera la sentencia antes de hablar de ella, porque así sería mucho más sincera, concreta y real. De lo contrario no podemos olvidarnos de la filosofía Goebels cuando afirmaba aquello de «una mentira repetida mil veces se convierte en realidad«, pero aquello eran otros tiempos y otros gobiernos, alemanes y nazis para más señas. Hoy sabemos que la mentira siempre suele ser un recurso para salir de una situación difícil o para obtener algún beneficio y para ello se puede utilizar el engaño, las medias verdades o las exageraciones.

Teniendo en cuenta las afirmaciones de la portavoz del PP en Castilla-La Mancha, podemos empezar a entender las prisas de Pedro Sánchez con la moción de censura.

P. Moratilla

Publicado en Dclm.es 


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