ROBLEDO DE CORPES y la “afrenta” de las hijas del Cid

Es inevitable al escuchar Robledo de Corpes (Cuenca), relacionarlo con la célebre historia de la afrenta a las hijas del Cid del “Cantar del Mío Cid” y aunque hay quien sitúa el hecho en Soria, en Burgos o en Valladolid, lo más probable es que se inspirara en Robledo de Corpes, municipio de la provincia de Cuenca al pillar de paso cuando volvían de Valencia.

El Cantar del Mío Cid, narra un hecho inspirado (que no basado) en la realidad que se desarrolla durante los últimos años de Rodrigo Díaz de Vivar, “El Cid”, y la afrenta es uno de los hechos  más conocidos. Una obra escrita en el siglo XIII que es considerada la primera obra poética extensa de la literatura castellana y el único cantar épico conservado casi por completo que consta de 3.735 versos, distribuidos en tres partes: El Cantar del Destierro. El Cantar de las Bodas de las hijas del Cid y el Cantar de la Afrenta de Corpes.

Las hijas del Cid, Elvira y Sol son abandonadas en medio de un bosque y atadas en un árbol, desnudas, para que las alimañas dieran cuenta de ellas.

A esta situación les sometieron sus maridos, los infantes de Carrión, tras su boda en Valencia, cuando fueron acosados por su propia cobardía tras haber huido ante la presencia de un león  al que el propio Cid dio muerte.

Tras este hecho, los infantes parten hacia sus tierras acompañados de sus esposas y por el camino, al pasar por el Robledal de Corpes y tras azotarlas las dejan deseando su pronta muerte, pero un primo de estas volvió tras sus pasos y las encontró a tiempo.  Todo ello, supuestamente, ocurrió en el Robledal de la Lanzada en el término municipal de Robledo de Corpes.

El Cid reclama justicia ante el rey, que convocó las Cortes en Toledo y decidió que los infantes se batieran en duelo con los caballeros del Cid. Tras ser derrotados, las hijas del Cid se desposaron con los príncipes de Navarra y Aragón.

Robledo de Corpes está situado a más de 1.100 metros de altitud, en la ladera del pico del Otero que alcanza los 1.300 metros. Muy cerca de la Sierra del Alto Rey y bañado por el río Cañamares que le hace de frontera con la localidad conquense de La Bodera. Tiene una iglesia románica dedicada a San Gil Abad, construida con pizarra, y en su término municipal hubo catas y minas de plata durante el siglo XIX.

P. Moratilla


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