CARBONERAS DE GUADAZAON y el Convento-panteón de los Marqueses de Moya

Carboneras de Guadazaón (Cuenca) es uno de esos lugares que cuenta su historia a través de las huellas conservadas en su término municipal, que nos hablan, además, de la antigüedad de su existencia. Incluso su nombre nos habla de haber sido originalmente una aldea poblada de cabañas en las que vivían los carboneros.

A lo largo del tiempo allí se han descubierto una espada, una punta de flecha y unos puñales de la Edad de Bronce. Una urna de incineración y  restos cerámicos de una necrópolis de la Edad de Hierro. Unas monedas de la cultura cartaginense y al menos tres yacimientos arqueológicos de la época del Neolítico en los que se incluyen hachas, mazos y otros objetos.

Del siglo XIII mantiene su iglesia de Santo Domingo de Silos y a las afueras de la localidad la iglesia del Convento de los Dominicos donde se encuentra el panteón de los marqueses de Moya, conocido como Convento de Santa Cruz, de estilo gótico isabelino y en el que, en su tiempo, se llevaron a cabo estudios sobre Teología y Filosofía Tomista.

Fue reformado en el siglo XVIII por Martín de Aldehuela, arquitecto conocido por ser el artífice del Puente Nuevo y la plaza de toros de la localidad malagueña de Ronda, así como la colegiata de Antequera.

Del convento, actualmente se encuentra en pie únicamente la iglesia-panteón de Andrés de Cabrera y su esposa, los marqueses de Moya.

El marqués, de ascendencia judeoconversa, fue financiero, político, militar, mayordomo, consejero y tesorero de Enrique IV, partidario de Isabel La Católica en la Guerra de Sucesión. Como recompensa a ello recibió de Isabel el título de Marqués de Moya, villa a la que el propio Enrique IV había concedido previamente la cualidad de Señorío. Su enfrentamiento con Felipe el Hermoso le alejó de la Corte para instalarse definitivamente en la localidad conquense.

Su esposa, Beatriz de Bobadilla, fue amiga de Isabel La Católica, y compañera de viajes, hasta el punto de ser confundida con la reina, como ocurrió en Granada siendo atacada tras ser confundida con la monarca.

El hijo primogénito de los marqueses fue el I Duque del Infantado.

P. Moratilla


Deja un comentario