VALFERMOSO DE TAJUÑA, antes Valfermoso de las Sogas

Valfermoso de Tajuña (Guadalajara) fue inicialmente conocido por sus sogas de esparto como Valfermoso de las Sogas.

Fue reconquistada en el siglo XI y formó parte de las tierras de Hita.

Perteneció a Catalina Lasso de Mendoza a cuyas manos llegó con la herencia recibida de su padre, Pedro Lasso de Mendoza, primer Señor de Valfermoso de Tajuña, casado con doña Juana Carrillo ,Señora de Mondéjar. También fue la señora del  castillo de la localidad mandado construir por su padre en el siglo XV.

Catalina estuvo casada con Luis de la Cerda, I Duque de Medinaceli, pero su matrimonio no dejó sucesión y terminó divorciándose de este para casarse con Pedro de Castilla y Fernández Bernal, hijo del obispo de Palencia, con quien tampoco tuvo descendencia, por lo que a su muerte, sus bienes, tierras y castillo pasaron a manos de su tío Diego Hurtado de Mendoza, diplomático y poeta del que hay quien opina que fue autor de El Lazarillo de Tormes.

La localidad no solo contaba con el castillo, sino también con un recinto amurallado que nunca tuvo uso militar, sino que fue destinado a depósito de las armas utilizadas en la Conquista de Granada por los Mendoza.

Cuando dejaron de utilizarse uniformes y armas, fueron entregados a la Cofradía del Santísimo Sacramento de Valfermoso, para ser utilizadas como vestimenta militar en la escolta al Santísimo Sacramento en la procesión del Corpus, algo que no gustó al duque del Infantado por lo que procesó por ello a su cuñado y alcalde de Valfermoso, Gabriel Ramírez.

Actualmente está restaurado el aljibe del castillo del que existen discrepancias sobre su origen, pues hay quien afirma que es del siglo XVI, posterior a la construcción del castillo, pero también hay quien defiende que este aljibe ya estaba en el lugar y es fruto de la presencia musulmana en el siglo XIII, ya que se asimila mucho a los hechos por los alarifes árabes.

La localidad cuenta además con el conocido “Balcón del Tajuña”, un mirador con vistas panorámicas al valle, que fue construido con el trabajo y el común acuerdo de los vecinos del lugar.

P. Moratilla


Deja un comentario