A MIS AMIG@S…

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El año pasado hablaba del Tsunami de la vida, para los lectores habituales, es fácil recordar que hacíamos ese símil, entre esos episodios de nuestra vida que la desequilibran, la distorsionan, y hacen que cambie de forma radical.

A todo el mundo le ha pasado al menos una vez en la vida. Para bien y para mal… pero es una experiencia que todos nos llevamos.

La mente humana, sabia por naturaleza, hace que las malas se olviden pronto, y permanezcan en nuestra mente tan solo aquellos buenos recuerdos que nos han hecho felices, segundos, minutos, días…,para borrar de un plumazo todas aquellas experiencias de las que decimos que nunca debieron ocurrir, pero necesarias para configurar nuestra forma de ser. Nuestra esencia. Todo ello es lo que le da a nuestro corazón el ritmo vital. Ese ritmo necesario para seguir avanzando en nuestro camino, tal vez con compañeros de vida diferentes, nuevos o recuperados. Tal vez con aquellos que creíamos olvidados, o incluso con aquellos a los que durante un tiempo dedicamos menos tiempo del que merecían. De igual manera hemos alejado a aquellos que no supieron estar en las circunstancias requeridas. Aquellos que habíamos supravalorado por su comportamiento ficticio, y que con el paso de tiempo  afloro el real. Esas personas que nos hacen pensar ¿como pude yo llevarme bien con esta persona?. No es un error… es correcta la pregunta, pero no es reprochable, porque su presencia nos enseño mucho para nuestro caminar diario. Sobre todo nos enseñó «como no hay que ser». Gracias a su presencia, nuestra esencia se reafirmó, nuestro corazón se reveló, y comenzó una nueva vida…

Pero lo que hoy quiero relatar aquí, es lo caprichosa de la vida, que sin preguntarnos nos une o nos separa a su antojo colocando en nuestro camino gente, que aunque en principio pudieron pasar desapercibidos, el tiempo a demostrado que eran necesarios. Es a ellos a los que quiero escribir hoy … para ellos y por ellos, porque son el motor de la existencia de una persona. A veces la vecina del tercero, a veces la panadera, otras veces conocidos que se van convirtiendo en parte de tu vida poco a poco y a los que es difícil renunciar.

Tengo la suerte de tener grandes y buenos amigos, no de esos de selfis, copas y fiestas… sino de esos que están cuando y donde hay que estar. En las duras y en las maduras, a veces con risas y a veces con llantos, y a los que puedes ver en sus ojos el sufrimiento acompañando tu sufrimiento y la alegría celebrando tu alegría, sin maquillajes…

Hoy al recibir una buena noticia mas en esta carrera de fondo de la que ya se ve la meta, me he dado cuenta que eran muchas las personas a las que tenía que enviar un mensaje para hacerles partícipes de ello, y me he sentido agradecida a la vida, de tener a esas personas a mi lado. Por supuesto los primeros «los mios», mi sangre…mi familia. Pero a continuación a aquellas personas de las que a las once de la noche de ayer seguía recibiendo llamadas preguntándome las novedades. Mi Mario…con su silencio…escucha y rie, porque cuando hay que llorar… solo escucha, y siente el dolor. Sin abrir la boca, pero buscando algo… un detalle que dibuje en tu cara la sonrisa para comenzar de nuevo. Mercedes…pluriempleada en los últimos días, con horarios duros de trabajo y cuidados para quien lo merece, pero sin descuidar pequeños mensajes que dejan claro que estás en su mente. Juan y Juanjo apoyando mis piernas, bastones que contribuyan a evitar la parada, que ayudan a seguir caminando en la vida con un rayo de luz en su mirada, que hacen sentir el orgullo de tus triunfos como lo hicieran mis padres en su día. MI Vito… mi maestra, ese espíritu aventurero y seguro de si mismo que contagia e irradia energía por los cuatro costados, el acicate de ir en busca de lo que quieres. También estás tu… Mari Carmen…mucho tiempo sin vernos, separadas por los avatares de la vida, pero hoy de nuevo juntas, y en cada segundo de conversación, de esas conversaciones que no se cuentan, sigo sintiendo que el tiempo no ha pasado. Que sigues siendo mi amiga… la de siempre la que me enseña a creer en los detalles, en que las cosas no pasan por casualidad sino que todas ellas están destinadas a un objetivo por conseguir. Nada debe pasar desapercibido.

Y tengo un grupo de tres… que no voy a olvidar aquí… Tengo un grupo de tres que se creó por puro azar hace unas semanas, tal vez con el objetivo de ser utilizado para lo que está siendo utilizado…nadie presionó los nombres de ellas en mi teléfono puesto que iba conduciendo y tengo testigos. Nadie (del mundo real) creó ese grupo que apareció como por arte de magia entre personas que aún sin conocerse tenían mucho en común. Tal vez por eso el destino quiso crear ese grupo, para ser la válvula de escape de las inquietudes, las ilusiones y los sueños… Tres amigas, las mas recientes en mi vida, pero no por ello exentas de importancia, con las que puedo «marujear», sabiendo que sus consejos y deseos lo son de todo corazón, y a las que estoy deseando ver pronto…y como sé que les gustan las  sorpresas, los misterios y las elucubraciones en este caso no diré los nombres… pero ellas saben quienes son, porque son inigualables, maravillosas y sobre todo AMIGAS., tan solo diré que se encuentran en los Montes de Toledo.

Por eso tras la tempestad… viene la calma… porque os tengo, porque os quiero, y porque no quiero que os apartéis jamas de mi vida, y quiero daros las gracias por todo el apoyo recibido en este ultimo año. No quiero tener «un millón de amigos», quiero tener los que tengo, los de verdad… los que me hacen feliz… los mejores…

P. Moratilla

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