Marina Okarynska ¿Que ocurrió en Cuenca? (Las fotos que obsesionaron a Morate)

page

Relato elaborado con los datos extraídos del sumario.

Era una tarde calurosa de verano aquel 12 de agosto de 2015. Marina había renunciado ya a sus pertenencias con tal de no volver a encontrarse con Sergio. El acoso cotidiano al que fue sometida le hizo volver a Ucrania, su país de origen, y olvidarse de la pesadilla vivida. Vivió lo de colocarse manga larga en verano para disimular cardenales. Tuvo que dejar dos trabajos para dedicarse a las empresas de Morate (su novio) porque de lo contrario «tendrían bronca». Amiga de sus amigas, sin embargo se comprometió con una de ellas, a su vez jefa de uno de los restaurantes donde había trabajado, para volver durante el verano y ayudar durante las vacaciones. Quién podía imaginar, que tendría que testificar un día una de las confesiones que le hizo relatando como Morate la había tenido encerrada en el coche durante cinco horas.

El compró bolsas industriales de basura, bridas y cal viva, e incluso en días anteriores hizo un hoyo en un paraje cercano al nacimiento del río Huécar. Su idea de matar a Marina, se había convertido en una «obsesión». Por eso una vez tuvo todo preparado llamó a su ex-novia para que pasase a recoger sus pertenencias por el piso que habían compartido.

Marina tenía miedo, ya había dicho en alguna ocasión «este un día me va a matar», tal vez por esa razón pidió a Laura que la acompañara, pensó que siendo dos sería más fácil entrar y salir de aquella casa, pero no fue así. Desde ese día «El crimen de Cuenca» cambió de protagonistas y esta vez era real.

Morate asesinó a Marina con una brida en el cuello que redujo su tamaño de 23 cm. a 8 cm. tras un golpe en la nuca. Laura fue estrangulada con sus propias manos. Metió los cuerpos en las bolsas de basura y los llevó hasta el hoyo que tenía preparado, pero eran dos en lugar de una y por esa razón la mitad de los cuerpos quedaron fuera. Ese fue el motivo por el que fueron encontrados con relativa rapidez. El mismo comentó en algún momento «hice un hoyo de mierda y tuve agujetas para una semana»

La mente del asesino, fue rápida de pensamiento y decidió huir a Rumanía saliendo de España por Portbou (Gerona). Allí pidió ayuda al Gobierno rumano cuando fueron a detenerle para evitar la extradición a España porque temía por su vida.

Desde allí tuvo que escuchar las palabras de su propia familia «No sabemos qué diablo o terrible demencia se apoderó de ti, pero debes ser consciente de que no solo asesinaste a esas niñas, has matado a su familia y a la que fue tuya. No existe excusa ni razón para una atrocidad así».

Ya daban igual las pertenencias de Marina. El único objeto útil que quedaba  había quedado a salvo mediante un mensaje que había enviado previamente al abogado de Morate  «para que no se fuera de rositas si a ella le pasaba algo», una joven de 20 años que escribe una nota por el miedo a perder la vida era una prueba evidente de lo  que sentía por mucho que lo disimulara.

Dos años y dos meses después del luctuoso episodio se ha celebrado el juicio, no sin seguir poniendo trabas como en el todo el procedimiento por parte de Morate y su defensa, con la exigencia que de que se celebrara a puerta cerrada, sin medios de comunicación y con el aislamiento de los miembros del jurado. Condiciones que no fueron asumidas por el Tribunal que le ha juzgado.

El jurado popular, 7 hombres y 2 mujeres fueron los encargados de determinar la inocencia o culpabilidad de Morate teniendo en cuenta el resultado de la instrucción: La linterna encontrada junto a los cuerpos tenía tres pilas… la cuarta estaba en casa de Morate (según numeración y serie ya que pertenecían al mismo paquete de pilas). Una botella con la inscripción «Virgen de Lourdes» con ADN de Morate. El paquete de bridas del que extrajo la del cuello de Marina también se encontró en su casa, y el paquete de bolsas de basura industrial, del que faltaban dos, se encontró también en la casa que Morate compartió con Marina.

Dicen que la obsesión de Morate era el matrimonio de Marina. No soportaba verla con ningún otro hombre y a todo el que se encontraba le preguntaba si había visto las fotos de la boda de Marina, hecho del que no se tenían noticias. Hoy sabemos que Marina había conseguido rehacer su vida y sonreír de nuevo porque había contraído matrimonio en Ucrania dos meses antes de su asesinato.

El jurado lo declaró culpable, ahora será el juez quien calcule la pena. Su abogado pide la libre absolución por «inexistencia de pruebas concluyentes», la Fiscalía pide 48 años de cárcel, los abogados de las familias piden 56 al entender que existe premeditación, alevosía, asesinato por razón de género, e incluso parentesco.

Sea como fuere, Laura y Marina ya no volverán a la vida, y las familias tampoco recuperarán la parte de sus vidas que se fue con ellas. Ni siquiera la propia madre de Morate encontrará consuelo con esta sentencia. Dos fueron los cadáveres enterrados aquel verano de 2015, pero muchos más los de los muertos aún vivos que habitan entre nosotros. Difíciles de consolar en los casos de Marina y Laura, todo un enigma para entender en el caso de los miembros de la familia del asesino que lo repudiaron aún antes del juicio.

Nunca oí en la vida un deseo de mal más cruel que aquel que decía: «Y tu madre… si es que la tienes… te escupa en la cara».

P. Moratilla

Publicado en dclm.es

http://www.dclm.es/noticias/64274/marina-okarynska-que-ocurrio-en-cuenca-las-fotos-que-obsesionaron-a-morate

 

 

 

 

 

 


Deja un comentario