ALMAGRO, capital de La Mancha

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Que Almagro tiene unas berenjenas reconocidas en todo el mundo desde el siglo XIX, es algo que no se puede negar, pero no es lo único internacional que tiene Almagro.

Su mayor esplendor data del siglo XVI, cuando se construyó una amplia colección de palacios en la localidad como el de los Marqueses de Torremejía, el palacio de los Condes de Valparaíso, padres de Juan Gaona, que fuera ministro de Hacienda.

Además están el palacio de los Medrano, el de los Oviedo, el de los Hormazas y el de los Fúcares, construido para administrar y almacenar el mercurio de las minas de Almadén, actualmente sede de la Universidad Popular de Almagro. La presencia de los Fúcares o Fugger tiene su origen en los problemas financieros del rey Carlos V que hace a estos banqueros alemanes beneficiarios de las rentas de las minas de Almadén.

Entre 1750 y 1761 su importancia se dejó ver con el nombramiento de la ciudad como capital de la provincia de La Mancha aunque le duró poco tiempo.

En aquellos tiempos el ministro de Hacienda, el almagreño conde de Valparaíso, encomendó a un mercader irlandés que trajese algunos expertos para modernizar la elaboración de paños en España.  Coincidiendo con la capitalidad de Almagro llegó Doyle que aunque al principio se ubicó en Brihuega y San Fernando, llegó a convencer al ministro para crear en Almagro una fábrica de sargas (paños de lana). Empresa en la que invirtieron no solo el rey y el ministro sino también el propio Doyle, con pésimos resultados por lo que tuvo que ser clausurada, para dedicarse las gentes del lugar a las blondas y el encaje. Actividad que a fecha de hoy aún se mantiene.

El 1 de noviembre de 1755, entre las 9.30 y 9.40, la ciudad sufrió los efectos del terremoto de Lisboa, con graves daños en la antigua iglesia de San Bartolomé. Un suceso que se dejó sentir en algunas localidades de Castilla-La Mancha como Los Navalucillos en Toledo, donde cayó la torre mudéjar de la iglesia, en Aldea del Rey produciendo daños en el castillo de Calatrava la Nueva y en las vidrieras de la iglesia. También en Viso del Marqués, donde el palacio renacentista del Marqués de Santa Cruz perdió sus 4 torres. Un terremoto con epicentro en un lugar desconocido del océano Atlántico, y una categoría 9 especialmente grave por su violencia y duración que dejó 90.000 muertos en Lisboa, más de 5.000 en España y más de 10.000 en Marruecos.

La historia de Almagro queda reflejada no sólo en su Corral de Comedias del siglo XVII, redescubierto en los años 50 con aforo para 300 personas y el único que se conserva íntegro de esta época, sino también en los hechos acaecidos en su plaza de toros, construida a mediados del siglo XIX con los restos de la antigua parroquia de San Bartolomé. Lugar donde nació la expresión de quedar «como Cagancho en Almagro», para hablar de hacer algo muy mal y además en público, tal como se reflejó en la espantada del torero de la localidad el 26 de agosto de 1927, tras 9 pinchazos y 7 descabellos al toro desde el burladero o el incendio provocado por los asistentes el 26 de agosto de 1932 cuando los toreros ,entre los que se encontraba Marcial Lalanda y Domingo Ortega, se negaron a realizar su trabajo al no haberles sido abonado el salario pactado por el alcalde.

P. Moratilla

 


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