ALCOCER y Doña Mayor Guillén de Guzmán

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Alcocer en Guadalajara es una localidad de origen andalusí. Su nombre procede del árabe y significa alcázar pequeño o palazuelo. Un lugar que escondió una «secreta» historia del amor que se voceaba por las esquinas.

Eran los tiempos en que los matrimonios significaban acuerdos de Estado, pocas veces reales, más bien escondían oscuros miedos y secretos de batalla. Uno de ellos fue el de Alfonso X El Sabio, cuyo amor verdadero comenzó mucho antes que su matrimonio.

Alfonso se enamoró de una joven llamada Mayor Guillén de Guzmán, tía de Guzmán El Bueno, pero los planes políticos eran otros y se vio obligado a casarse con Violante de Aragón. Sin embargo Alfonso nunca olvidó a Mayor Guillén a quien regalo una gran extensión que comprendía los municipios de Cifuentes, Salmerón, Valdeolivas, Viana de Mondéjar y por su puesto su pueblo natal, Alcocer. Con ello la hizo señora del lugar.

Allí nació su hija bastarda Beatriz, que llegó a ser reina consorte de Portugal. Pero Mayor decidió dedicar la vida a la contemplación y mandó construir el Monasterio de San Miguel del Monte a media legua de Alcocer. Allí murió en clausura la mujer silenciosa que Alfonso nunca olvidó y quedó enterrada en el Monasterio que mandara construir. Alfonso, además de legar a su hija Beatriz la villa de Elche, mandó construir una escultura de madera para guardar el cuerpo de Mayor. Debía tener su imagen en relieve y tal como decía en el documento de solicitud, la quería «vestida muy noble de sus paños de colores, oro, azul,  carmín, argenta y de todos los otros colores» (El pergamino que contenía las instrucciones fue subastado en 2009 por Christies).

Años más tarde el miedo de las monjas a desplazarse esa media legua desde el pueblo al monasterio, llevó a desplazar la institución al interior de Alcocer, pero el rey mandó trasladar así mismo el cuerpo de doña Mayor que permaneció bien conservado hasta el inicio de la Guerra Civil.

En 1936 desapareció el cuerpo de Doña Mayor, junto con la escultura policromada y aún hoy se busca.

Beatriz heredó el señorío de su madre y también Blanca la hija de esta que lo vendió al Infante Don Juan Manuel. Este no llegó a pagar su precio por lo que Blanca anuló la operación y lo vendió de nuevo al Infante Don Pedro, después pasó a manos de la familia Albornoz y finalmente a los Reyes Católicos, quienes lo donaron al primer Duque del Infantado en cuya propiedad quedó hasta el siglo XIX.

En Alcocer se mantiene la torre de la iglesia que se edificó sobre la fortaleza árabe que un día dio lugar al asentamiento, aunque nada queda de su muralla ni de sus cuatro puertas: Milana, Cuenca, Pareja y Huete, ni sabemos por cuál de ellas entró, según la leyenda, Alvar Fáñez, sobrino de El Cid para recuperar las tierras a los árabes en tiempos de la Reconquista.

(Para mi tío Alfredo Cañas)

P. Moratilla


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