ESPAÑA: Un mundo subterráneo en Cantábria

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Hay quien se entretiene en adivinar las formas de las nubes buscando el rostro o el elemento que se ha dibujado en el cielo intentando averiguar el mensaje que nos quiere transmitir. Pero esto no solo ocurre con el cielo, sino también en el mundo soterrado de las cuevas.

2.jpgLas extraordinarias formaciones karsticas, cuyo proceso de elaboración puede durar varios millones de años, dibujan paisajes difíciles de definir en un entorno mágico no sólo para la visión, sino también para el mundo de las sensaciones por la humedad y el olor.

Existe en Cantabria un lugar al que llaman la Capilla Sixtina del mundo subterráneo, dejando con su nombre claro que se trata de una de las maravillas del mundo subterráneo. Situada entre los municipios de Herrerías, Valdáliga y Rioansa. En la sierra de Arnero a 540 metros de altitud, se encuentra este paisaje subterráneo como si hubiese sido dibujado en una novela de ciencia ficción, pero tan real como que estás leyendo estas letras.

3.jpgFue a finales del siglo XIX cuando los trabajos de explotación de las minas de La Florida, dedicadas a la extracción de zinc y plomo, llevaron a los mineros hasta ese lugar donde estalactitas, estalagmitas y excéntricas desafían la gravedad entre algunas formaciones de draperies, nombre que define una especie de sábanas traslúcidas que cuelgan del techo.

A pesar de ser descubiertas en el siglo XX su origen se remonta al periodo cretácico, o lo que es lo mismo a hace 240 millones de años. La mina tiene una longitud de casi 20 kilómetros, aunque solo son visitables los primeros 1.500 metros. Eso sí, puede hacerse incluso en silla de ruedas.

4.jpgA esta majestuosa cueva se la denomina de «El Soplao» porque así llamaban los mineros, en activo dentro de ella hasta la década de los 70, a las cavidades que cortaban en el trabajo de la mina y que creaban fuertes corrientes de aire. En el interior de esta cueva, durante un tiempo además de zinc y plomo se encontró entre otras cosas azabache, aragonito y galena, pero hoy la imaginación se pone a prueba con la observación de los espeleotemas y excéntricos en suelos, techos y paredes dentro de la llamada Sala Gorda, Sala de los Fantasmas, Lacuerre, Los Centinelas, La Ópera… en un viaje al fondo de la tierra.

(Para mi amiga Mercedes Salvador, la cántabra que me llevó a conocer su tierra en un tiempo record)

P. Moratilla

 

 


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