Pajaroncillo (Cuenca) en la Serranía Conquense, tiene tan solo 63 habitantes pero dispone de un paisaje espectacular en el paraje al que llaman Rodenal del Cabriel. Se trata de Las Corbeteras, un conjunto de rocas calizas a las que la erosión ha dado forma de chimeneas, compuestas por areniscas y conglomerados intercalados con esquistos y pizarras del triásico, todo ello entre cerros de pinares y chopos.
Pero esta no es la única peculiaridad de Pajaroncillo, ya que cuenta además con yacimientos arqueológicos del neolítico y de la Edad de Bronce y un antiguo molino de esos que eran utilizados como fábrica de electricidad.
Un pequeño pueblo del que Madoz contaba que tiene un clima frío, sano y bien ventilado.
A tres kilómetros de la localidad se encuentra el Puente de las Cristinas. Un viaducto sobre el río Cabriel construido en el siglo XVI. Sobre él discurre una vía pecuaria reconocida como “Cañada Real del Reino y la Cañada Real del camino de Pajarón al puente de las Cristinas”.
En él consta una inscripción en la que puede leerse “Este puente rehízo el Convento de Santa Cruz de Carboneras, a su costa. Año 15…”.
El convento estaba situado en la Carretera que une Cuenca con Teruel, a su paso por la localidad de Carboneras de Guadazaón. Hoy solo queda de él la iglesia, que en realidad resulta ser un Panteón perteneciente a los antiguos Marqueses de Moya.
El convento de Santa Cruz, fue construido en 1500 por la orden de los Dominicos, sobre los restos de un antiguo Castillo junto al cerro donde se encuentra la localidad de Carboneras. El Convento se dedicó al estudio general de la Teología y la Filosofía tomistas.
De allí salió la aportación económica para que el Puente de las Cristinas fuera uno de los 7 puentes que tenía el río Cabriel a mediados del siglo XIX.
P. Moratilla
Agua Luz y Viento 