EL REAL DE SAN VICENTE y Viriato

La antigüedad de El Real de San Vicente (Toledo) viene dada por el gran número de estelas vetonas, castros, cruces y verracos prerromanos hallados en su término municipal.

Los vetones eran los pobladores celtas que se asentaron entre el río Duero y el Tajo, principalmente en lo que hoy son las provincias de Ávila, Salamanca, Cáceres, Toledo y Zamora, que se vieron obligados a repeler las incursiones romanas en otro tiempo.

El Real de San Vicente se hizo famoso por su resistencia a la invasión romana, siendo el propio Viriato quien combatió en estas montañas.

Dicen que en las montañas que rodean el Real de San Vicente se encuentra el Monte de Venus, lugar en el que Viriato, según Apiano, acampaba tras sus campañas de guerra contra el invasor romano. Así Apiano nos cuenta que “Cruzó el río Tajo y acampó en un monte cubierto de olivos, llamado Monte de Venus”; lo que coloca el término municipal del Real de San Vicente como uno de los lugares posibles para el descanso de Viriato.

Según la leyenda y la tradición del lugar se identifica el Monte de Venus con lo que hoy se conoce como el Pico de San Vicente y el campamento, según estas hipótesis, estaría situado en lo que se conoce como “El Piélago”, situado entre El Real de San Vicente en el valle del Alberche y  Navamorcuende en el valle del Tiétar. El historiador Adolf Schulten corrobora esta teoría.

Precisamente en este lugar están los restos de un convento conocido como el Convento del Piélago y existe una ruta de montaña conocida como “La Ruta de Viriato”, además de una carrera popular llamada “Las II Leguas de Viriato” que se celebra anualmente.

Durante la Reconquista la localidad pasó a formar parte del Común y Tierras de Ávila y posteriormente perteneció a Bayuela hasta que en el siglo XVII consiguió su independencia.

P. Moratilla


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