ROBLEDILLO DE MOHERNANDO y Francisco de Eraso

Robledillo de Mohernando (Guadalajara), está situada en la Campiña Alta que es la de menor extensión y la más baja de las comarcas de Guadalajara, pero también la más poblada y la más desarrollada.

Se sitúa entre la margen derecha del río Henares y la Izquierda del Jarama. Su capital económica es Azuqueca de Henares y es una de las huertas más fértiles del centro de la península ibérica.

Robledillo fue repoblada por la Orden de Santiago cuando era una aldea de la localidad de Mohernando, hasta que consiguió el privilegio de Villa en el siglo XVIII.

La iglesia de la localidad da muestra de la presencia de la familia Eraso y Peralta, quienes fueron sus propietarios. Francisco Eraso, destacado secretario de Carlos V y también de Felipe II, que fue además comendador de Moratalaz dentro de la Orden de Calatrava y señor no solo de las tierras de Mohernando, sino también de Humanes.  

Llegó a la corte de la mano de su padre que había sido a su vez secretario de los Reyes Católicos. Francisco ostentó los cargos más importantes de la época. Secretario de Hacienda y secretario de la Guerra entre otros hasta que comenzó su declive a finales del siglo XVI, cuando se vio sometido a un grave proceso de corrupción donde se dejaron entrever muchas rencillas y pocas garantías.

Fue apartado de la Corte y condenado a pagar una multa de más de 12 mil ducados, según consta en la sentencia, por la compra fraudulenta de la localidad de la Villa de Mohernando, perdiendo además definitivamente todos sus oficios financieros aunque mantuvo el cargo de secretario del monarca.

A su muerte le sucedió en el señorío su hijo Carlos como II Señor de Mohernando, que había sido durante su infancia y adolescencia, menino de la Reina Ana.

El I señor de Eraso fue enterrado en la iglesia de Mohernando en un sepulcro mandado construir por su viuda y considerado una de las piezas más importantes de la escultura del renacimiento en España, obra de Juan Bautista Monegro, pero tras la Guerra Civil el grupo escultórico fue trasladado hasta el Museo Diocesano de Sigüenza, donde aún permanece.

P. Moratilla


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