Fuente la Encina (Guadalajara) pertenecía en el siglo XII a la Orden de Calatrava y estaba encuadrada en la encomienda de Zorita.
Su paisaje se había moldeado sobre un recinto amurallado que incluía la Torre Cantana de origen árabe.
En el siglo XIV consiguió el privilegio de villazgo de manos de Enrique de Trastámara y poco después Juan I confirmó para la localidad un privilegio particular, como era el de celebrar feria semanal, “todos los jueves del año, de ganado y mercaderías” que se mantuvo hasta el siglo XVI, cuando la peste dejó mermada considerablemente su población.
Aun así, en este tiempo, sus vecinos consiguieron reunir 1.232.000 maravedíes que pagaron a Felipe II para dejar de depender de Zorita y evitar ser dirigidas por ningún señor feudal. Además dotaron a la localidad de su Casa Consistorial de estilo renacentista que aún hoy permanece en pie y tiene grabado en la piedra, sobre su puerta principal, los escudos de Carlos V, la Orden de Calatrava y el de Fuente la Encina.
El cardenal de Toledo, Juan Martínez Silíceo, costeó el retablo de su iglesia, en el que se integraron con armonía las esculturas de los toledanos Nicolás Veján, apodado “el viejo”, y Juan Bautista Vázquez, mientras que las pinturas fueron hechas por el seguntino Diego de Madrid.
En la actualidad el pueblo tiene 352 habitantes, y es uno de esos lugares donde los vecinos no podían hacer uso de los cajeros automáticos, hasta que les han instalado algunos que salven esta carencia.
En Guadalajara hay 246 lugares que carecen de acceso a su dinero en metálico, frente a las 42 localidades que sí lo tienen. Sorprende ante esta carencia, ya resuelta en Fuente la Encina, que sin embargo sea uno de esos lugares en los que se han instalado, en este año 2021, cámaras de seguridad en sus calles.
P. Moratilla
Agua Luz y Viento 