El Tajo es mucho más que un nombre y mucho más que un río. El Tajo es vida que se extiende a lo ancho de toda la península Ibérica, llenando de luz y sonidos sus vegas en dos países: España y Portugal. No en vano es el río más largo de este espacio geográfico.
Toma su origen en los Montes Universales, en la Sierra de Albarracín (Teruel) y se sitúa en los 1.100 metros sobre el nivel del mar en la localidad de Peralejo de las Truchas (Guadalajara), desciende hasta La Alcarria, donde llega a los 900 metros, y baja hasta los 500 en Aranjuez para llegar a poco más de 100 metros ya en tierras de Alcántara, en Extremadura. Tras recorrer más de mil kilómetros desemboca en el océano Atlántico en la ciudad de Lisboa, formando en su desembocadura el estuario del Mar de la Paja, vertiendo un caudal medio de 444 metros cúbicos por segundo.
Sus aguas discurren por cuatro comunidades autónomas: Aragón, Castilla-La Mancha, Madrid y Extremadura; a lo largo de 6 provincias: Teruel, Cuenca, Guadalajara, Madrid, Toledo y Cáceres y forma la frontera principal con el país vecino, Portugal, a lo largo de 47 kilómetros.
Da o “debería dar” belleza e inspiración en España a Aranjuez, Toledo, Talavera de la Reina y Alcántara, donde se encuentra el mayor puente romano del mundo, que fue levantado por Cayo Julio Lácer entre el año 105 y el 106. Pero también inspira y da belleza a Santarem y Lisboa a su paso por Portugal, aunque por momentos y debido a las políticas hídricas de nuestro país, puede parecer una auténtica cloaca exterior de los vertidos de Madrid, sobre todo a su paso por Toledo. A pesar de ello el Tajo sigue su curso aunque un poco más adelante, en Talavera de la Reina, puede asombrar su escaso cauce, vilipendiado, vendido y maltratado en el Levante, donde llega de forma anti-natural, para contaminar envuelto en pesticidas el agua del Mar Menor.
El río Tajo fue refugio de civilizaciones y poblaciones que dejaron en sus márgenes yacimientos arqueológicos y arte rupestre. Sirvió de frontera entre cristianos y musulmanes. Sus riberas se poblaron con fortificaciones de las órdenes militares que propiciaron la creación de numerosas localidades. Actualmente suministra agua potable, energía y riegos que atienden de forma natural al mayor número de población en la península ibérica, ya que influye en la vida cotidiana de más de 10 millones de habitantes, entre los que se incluye a los vecinos de Madrid y Lisboa, capitales ambas de gran importancia. Todo eso sin contar lo que influye de manera artificial en la población del Levante español, de forma impuesta, contra natura, con fines explotadores, industriales y economicistas, para crear un oasis en un imposible que se empeñan en llamar “La Huerta de Europa” dentro de un magnífico desierto.
Como siempre todo está bien reflejado en los libros y se le protege formalmente, aunque a veces no es suficiente. Así dentro de su curso alto está protegido por el Parque Natural del Alto Tajo, en Guadalajara. En su curso medio está el Parque Nacional de Monfragüe, en Cáceres y el Parque Natural del Tajo entre Cáceres y Portugal y además está la Rivera Natural del Estuario del Tajo ya en Lisboa, pero poco se observa lo que ocurre con el Tajo en los tramos intermedios que van de una protección a otra.
Los afluentes de su cuenca, tejen un entramado de más de 9.600 kilómetros, entre los que se encuentra el Jarama, el Guadarrama, el Alberche, el Tiétar, el Guadiela o el Algodor entre otros.
Es el hogar de cigüeñas negras, nutrias, cangrejos y multitud de peces junto con águilas imperiales blancas, mochuelos, alimoches, buitres leonados negros, ciervos, jabalíes y conejos.
Así el Tajo circula por nuestro espacio a veces lleno de vida, a veces de tristeza, e incluso por momentos pudiera causar rechazo, pero no por ello deja de ser el más bello y magnífico de los ríos de la península ibérica que ha propiciado y facilitado la vida a nuestros ancestros, aunque en nuestro presente dibuje un enorme interrogante.
¿Dejarán alguna vez que el río Tajo pueda seguir produciendo vida a su alrededor y en todo su cauce arremolinando población que solo busca aire puro y agua limpia?
P. Moratilla
*Imagen destacada de elDiario.es. El agua del Tajo llegando al pantano de Crevillente en Valencia,
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