La huella de Josita Hernán en Alcázar de San Juan

Esta vez el personaje no ha venido de ninguna “serendipia”, ni ha sido propuesta de ningún oyente, sino que ha sido la muestra del interés de un compañero de la radio. En este caso fue Pedro Ángel Sánchez quien me habló de una mujer, llamada Josita Hernán, que sin ser de CLM supo aportar su grano de arena cultural a una zona geográfica muy concreta de esta tierra, como es la localidad de Alcázar de San Juan (Ciudad Real).

Las señas aportadas por mi compañero fueron suficientes para ver salir al “gusanillo de la curiosidad” y ponerme a la búsqueda con el único propósito de conocer a Josita Hernán, la mujer que “acercó el teatro al público rural”, en un tiempo en el que solo los vecinos mejor situados económicamente, de estas zonas, podían permitirse disfrutar de este arte acercándose a la ciudad.

Josita nació en Baleares en el año 1914. Su padre era militar de infantería, pero también crítico teatral. Su madre era corresponsal en España de un diario parisino. Ingredientes todos ellos que la convirtieron en actriz de cine, doblaje y teatro, directora de escena y profesora de teatro en el Conservatorio Nacional Superior de Paris.

Con tan solo 14 años interpretó a Federico García Lorca y a partir de ese momento hizo “Las mocedades del Cid” en el teatro María Guerrero e interpretó a Valle-Inclán. Trabajó en el cine con Imperio Argentina y con Carlos Gardel.

La Guerra Civil frenó en seco su meteórica carrera hasta que en 1939 estrenó “La tonta del bote”, como protagonista principal. Un éxito que se repetiría 31 años más tarde, en 1970, de la mano de Lina Morgan.

Después de ejercer durante algunos años como directora de teatro, toda una excepción en la época, decidió marchar a Paris para estudiar dirección escénica, para terminar convirtiéndose en profesora lo que la llevó a permanecer en el país vecino hasta el año 1975.

Sin embargo en todo este tiempo visitó España frecuentemente. En 1958 llegó a Alcázar de San Juan invitada por el Ayuntamiento para impartir una conferencia titulada “Nosotros los cómicos”·

Tal fue la sensación que dejó Josita en Alcázar que tras su visita el Ayuntamiento se planteó restaurar uno de los viejos molinos de viento de la localidad, con el objetivo de regalárselo.

El molino elegido fue el “El Nuevo” que había pertenecido a Crisóstomo Tejera Cencerrado. Este vendió su propiedad con la condición de que el molino fuera para Josita.

El Ayuntamiento pagó 2.500 pesetas por él y cambió su nombre, por el de “El Doncel”.

Tres años más tarde la actriz y directora cedió la propiedad del molino al Centro de Estudios Alcazareños, reservándose para sí el usufructo de “El Doncel” para el disfrute familiar hasta el 4º grado (biznietos). A partir de ese momento comenzó a llevar, a “su” molino, a importantes personalidades de la sociedad y la política, españoles y franceses.

Cada año, Josita trajo a Alcázar el gusanillo del teatro al tiempo que permitía conocer autores y obras del teatro clásico español, mientras entretenía a los vecinos junto a  un grupo de sus alumnos venidos desde el conservatorio francés y que bajo su dirección, interpretaban diferentes obras teatrales. Así fue durante 18 años.

En 1966 la primera planta del molino se convirtió en el Museo Municipal de Heráldica y dos años más tarde en galería de arte donde se exponían  algunas de las obras de la propia Josita, hasta un total de 31.

En este tiempo pudo coincidir con las escritoras alcazareñas Luisa Alberca y Elena Belmonte, con los poetas de la tierra José Corredor y Santiago Ramos o con el director de doblaje, nacido en Alcázar, Simón Ramírez.  Cinco personajes alcazareños, de su tiempo que fueron probablemente testigos de las andanzas de Josita Hernán, cada verano en tierras manchegas, o quién sabe si en algún momento fueron o sintieron influencia mutua para su propia vida.

P. Moratilla

(A mi compañero Pedro Ángel Sánchez)


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