La Casa de Hortelano de Albacete

A veces visitamos las ciudades y nos encontramos con cosas y casas sorprendentes que nos inducen a preguntarnos ¿Qué hace esto aquí? ¿Cómo llegó? ¿Quién lo puso?

Algo así es lo que ocurre con la Casa de Hortelano de Albacete, que rompe la monotonía llevando a nuestra mente a una auténtica coctelera de historia del arte en la que resalta el gótico, pero construido con materiales imposibles para su tiempo y con colores sorprendentes dentro de su entorno en este pequeño espacio de la ciudad.

Sólo así se puede entender su fachada gótica, cubierta de azulejos verdes, que relucen orgullosos robándole protagonismo a la mismísima Catedral, con la que comparte espacio

De lo que no cabe ninguna duda, es de que quien la ideó, quien la pensó y quien decidió que allí estuviera debía ser un personaje muy original y a todas luces “caprichoso”, tanto que hoy, un siglo después de su construcción, los albaceteños la han elegido como Museo de la Cuchillería, producto por excelencia de la tierra que llama a multitud de curiosos a visitarla.

Es posible que te cueste imaginar todo esto, y que incluso dudes de mis palabras, pero s buscas información sobre este edificio, lo primero que encontrarás es que se trata de un “palacete ecléctico de principios del siglo XX”, obra del arquitecto Daniel Rubio, que en el momento de su construcción era el arquitecto municipal de Albacete y ya había dejado buena muestra de su “buen hacer” en la ciudad con obras como el mercado de abastos, el templete de música del recinto ferial e incluso el Gran Hotel.

Pero toda esta historia empezó en 1912, cuando Joaquín Hortelano, vecino de Albacete, mandó reformar su propia casa, para ubicar en ella la sede del Banco Vitalicio y salvo un pequeño periodo de tiempo, en la que fue Casa-Cuna, se mantuvo en su función original hasta que en los años 80 del pasado siglo el Consistorio decidió comprarla.

Desde entonces, la casa de Hortelano, ha sido Consejo Social de la Universidad de Castilla-La Mancha, sede de la policía local y también gerencia de urbanismo.

Pero sus 450 metros cuadrados de edificación se transformaron en el año 2014 en el Museo de la Cuchillería, donde se alberga la historia, de navajas, cuchillos y tijeras de todos los tiempos y lugares.  

En el mundo solo existen tres museos de cuchillería, el de Solingen (Alemania), Thiers (Francia) y nuestro precioso museo de la cuchillería de Albacete (España), algo digno de visitar, no solo por la colección que acoge, sino también por el edificio que lo alberga.  

P. Moratilla


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