PRADOS REDONDOS y la “Santa Espina”

Prados Redondos (Guadalajara), perteneció al Señorío de Molina y fue donado por Blanca de Molina a Gonzálo Martínez.

Tiene tan solo 60 vecinos, pero da buena muestra en su paisaje de lo que fue la vida de otros tiempos. Una necrópolis celtibérica con sepulturas, armas, cerámicas y ajuares guerreros. Las casonas de los Cortés, los Sendín, los Garcés y una torreta del siglo XVI reconstruida en el XVII que tenía la finalidad de mostrar la reliquia de la “Santa Espina”. Una reliquia llegada desde Francia en 1383.

Cuentan que Mencía de Mendoza, esposa de II conde de Medinaceli, tenía  entre sus damas de honor, a Leonor Vázquez Barrientos natural de Prados Redondos. Cuando esta contrajo matrimonio Mencía le regaló un relicario que contenía una espina de la corona de la ”pasión de Jesús”.

Dado el interés suscitado en la localidad, Leonor dejó bajo la custodia de la iglesia este relicario, para lo que se construyó esa torreta, donde los vecinos del lugar pudieran ir a visitarla.

Prados Redondos fue la primera población de la provincia de Guadalajara en tener una “santa espina”. Después aparecieron 2 más en la capital, que desaparecieron durante la Guerra Civil, y otras dos en Atienza. A todas ellas se les atribuyen efectos milagrosos. En concreto a la de Prados Redondos se le atribuyen milagros relacionados con el agua y las nubes desde que se encuentra en la iglesia.

La corona de Jesús se encuentra en la Catedral de Notre Dame, según se afirma, aunque hoy sin espinas. Originalmente tenía 72. Estas se encuentran distribuidas en Soria, Alcalá de Henares, Lérida, Barcelona, 11 en el Escorial, 8 en la Catedral de Oviedo, Palma de Mallorca y 20 en la ciudad de Roma.

Es evidente que las cifras no casan porque además de todas estas hay que sumar las 160 espinas distribuidas en las iglesias de Italia, y las encontradas en Francia y Alemania.

P. Moratilla


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