FUENCALIENTE y “el niño lobo”

Fuencaliente (Ciudad Real), es vecina de las provincias de Córdoba y Jaén, da buena muestra del paso de la historia por sus tierras. Cuenta con pinturas rupestres en la Peña Escrita y en La Batanera, descubiertas en 1783 por el cura de Montoro, López de Cárdenas, que fueron declaradas Monumento Nacional en 1924.

Situada en la Sierra Madrona, pudo ser paso de una vía romana conocida como “Montis Marianis”, donde se encuentra un yacimiento del poblado romano de Valderrepisa, junto con la mina de Valmayor.

Además cuenta en su término municipal con las Tumbas del Escorialejo, datadas en la época visigoda, y de la Edad Media Las de Sacedilla.

La localidad perteneció a la Orden de Calatrava. En el siglo XII se desarrolló en estas tierras la llamada Batalla de Fuencalda entre los moros y el Maestre de Calatrava, Martín Pérez de Siones, después que los agarenos saquearan Almodóvar.

Su núcleo urbano se fundó en el siglo XIV con el nombre de Fuencalda, que luego fue Fuentecaliente y finalmente Fuencaliente. Este nombre le viene por la existencia de un manantial de agua termal que nace justo debajo de la Iglesia. Sus primeros pobladores construyeron una ermita sobre este manantial que fue el origen de la población.

Cuenta la leyenda que en el siglo XIII un soldado que volvía a su casa en Cabezarrubias, se bañó sanando de la sarna que inundaba todo su cuerpo. Junto al agua encontró una talla de la Virgen que quiso llevarse a su pueblo, pero al llegar allí la imagen había desaparecido volviendo misteriosamente a su lugar original.

Hasta tres veces lo intentó y ante la imposibilidad de conseguirlo, la imagen, se quedó definitivamente en la localidad y se le llamó Virgen de los Baños, hoy patrona de Fuencaliente.

Poco después Pedro Múñiz de Godoy, noble y militar castellano, concedió licencia al fraile Benito Sánchez que vivía en esta ermita, para repoblar la zona.

Pero existe un personaje en el lugar, que salió en los noticiarios de la época. Se trata de Marcos Rodríguez Pantoja, más conocido como “el niño lobo”.

Marcos nació en Córdoba en 1946 y poco después la familia con 8 hijos se fue a vivir a Madrid. Allí murió la madre y el padre se volvió a casar en los años 50, antes de instalarse definitivamente en Fuencaliente para dedicarse a la fabricación de cartón.

En 1953, Marcos fue vendido o cedido a un terrateniente que lo ocupó como ayudante de pastor y a la muerte del pastor, cuando Marcos solo contaba 7 años, quedó solo y abandonado en el monte. Fue encontrado por la Guardia Civil 11 años más tarde, cuando se encontraba acompañado por una manada de lobos.

Es difícil imaginar cómo fue posible que este niño de tan corta edad, haya sobrevivido sin más compañía que la de los lobos en el monte.

Marcos tuvo que aprender a hablar, a vestirse, a comer y a caminar erguido, pero eso… será otra historia.

P. Moratilla


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