Bernardo Balbuena nació en Valdepeñas en el año 1562. Fue fruto de los amores del conde de Saldaña con doña Jimena, lo que le hizo ser hijo natural y no reconocido toda su vida, con los problemas que ello conllevaba en aquel momento.
A los 20 años, y tras su paso por la Universidad de Granada, Bernardo decide viajar para permanecer con su padre, que en ese momento ejercía como secretario de la Real Audiencia de la Nueva Galicia, actualmente Jalisco en México, donde la familia tenía amplias posesiones.
Una vez se hubo instalado en Guadalajara (México) estudió teología y ejerció como sacerdote, al tiempo que ganó varios certámenes poéticos. Tras ello comenzó a escribir su obra “El Bernardo” compuesto por 24 libros en los que se distribuían 40 mil versos escritos en octavas reales. Un texto en el que empleó 10 largos años de su vida, y para cuya realización fue asesorado asistido en alguna ocasión por los refutados escritores Lope de Vega y Quevedo.
En 1606 regresa a España donde se doctoró en Teología por la Universidad de Sigüenza y dos años más tarde fue nombrado Abad de Jamaica, cargo que tardó en desempeñar, precisamente por la demora propiciada al ser hijo natural y no reconocido.
Superado este obstáculo fue nombrado primer obispo de Puerto Rico, mientras continuaba con su obra literaria: Grandeza Mexicana, El Siglo de Oro en las Selvas de Erifile y Bernardo o la victoria de Roncesvalles.
En 1623, Bernardo, ya anciano y con una salud precaria, fue testigo de cómo los piratas holandeses prendían fuego una biblioteca que había recompuesto a lo largo de toda su vida y donde se encontraba su propia obra.
A partir de ese momento no volvió a escribir. Volvió a España y publicó su obra más renombrada, “El Bernardo”, también conocida como “La Victoria de Roncesvalles”. Era el año 1624. Tres años más tarde Bernardo, fallecía.
P. Moratilla
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