SANTA CRUZ DE LA ZARZA, historias, leyendas y tradiciones

Existen restos de la Edad de Hierro en Santa Cruz de la Zarza (Toledo), en el paraje conocido como Las Asperillas, que nos hablan de la antigüedad de la zona.

Cuenta una leyenda de la localidad que los vecinos quemaron las zarzas existentes junto al arroyo que cruzaba el lugar, hoy calle de La Cava, para facilitar el paseo del rey godo Recaredo. Tras arder la maleza, apareció entre las cenizas una cruz de madera que no había sufrido daño alguno. Esta es la razón del nombre del lugar, aunque inicialmente fue Santa Cruz entre Zarzas

Sabemos que la localidad fue cedida a la Orden de Santiago en tiempos de la Reconquista, para su repoblación. En el siglo XIII estaba bajo la jurisdicción del maestre Rodrigo Iñiguez, que renunció al maestrazgo por voluntad propia y nunca se supieron los motivos, pero le sucedió en el cargo Pelayo Pérez Correa, un conquistador portugués que se hizo maestre de la Orden en tiempos de Fernando III y se mantuvo en el cargo durante el reinado de Alfonso X.

Dentro de sus gestas conquistó Chinchilla de Montearagón e impuso en la zona el Tratado de Alcaraz, con el objetivo de tomar las plazas más rebeldes como Cartagena, Lorca y Mula. Para Santa Cruz de la Zarza el maestre consiguió su fuero propio.

Hoy el lugar cuenta con un buen número de huellas del paso de la historia por sus calles. Una de ellas es el conocido Arco de la Villa, único vestigio de su antigua muralla. La villa estuvo fortificada y llegó a contar con casi una veintena de caballeros hidalgos, cuyas casas señoriales y blasones aún siguen en pie. Entre ellos el Palacio de las Cadenas, que fue posada en el siglo XVII y en el que pueden verse aún la corona real de los Austrias, el escudo de España y el toisón de oro otorgado por Carlos V tras haberse alojado en ella.

Curiosa es la Fuente de los Caños y el Encaño, una obra que incluye caños y lavaderos. En Encaño es una conducción de aguas subterráneas del siglo XVI que discurre bajo la tierra para llegar hasta la Fuente.

El Cambrón es un paraje natural por el que discurre el arroyo con el mismo nombre, y en el que según cuentan existe un puente que solo permite el paso de uno en uno, por ello fue utilizado, en tiempos de la mesta, para hacer recuento de los rebaños.

Pero si lo que buscamos no es historia sino trabajo independiente de la naturaleza está el Charco Negro. Un barranco en el que existe una cascada de 4 metros de altura y del que cuentan, quien sabe si tradición, leyenda o historia, que era utilizado como lugar de ajusticiamiento de los condenados a muerte en otros tiempos. Desde el eran arrojados al vacío, con el convencimiento de que aquel lugar estaba habitado por el mismísimo diablo.

Vieron su luz primera en Santa Cruz de la Zarza, entre otros, el tenor Delfín Pulido (1897), la diseñadora Cecilia Hijón (1913), la pintora Amalia Avía (1930), el caricaturista Santiago Almarza (1931) y el pintor realista Tomás Medina Mota (1940), pero todo eso… son otras historias.

P. Moratilla


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