Vocabulario castellano-manchego: «ENFURRUNCHAR»

Existe una palabra conocida por todos como “enfadar” que con frecuencia cambia dependiendo del lugar en el que se pronuncia.

Ese “enfadar”, que significa causar enfado o enojo y que tan limpiamente contempla la Real Academia de la Lengua, cambia en un ambiente coloquial por “Enfurruñar” según nos explican los expertos de la Lengua, pero en Castilla-La Mancha, no es enfadar, ni tampoco “enfurruñar”, en nuestra tierra se dice “enfurrunchar”, tal vez porque nosotros le damos menos importancia.

El que se “enfurruncha” en nuestra tierra no está tan enfadado como para poder llamarle “cabreado”. El enfurrunchado no está colérico, ni enfurecido, ni encorajinado aunque si un poco disgustado.

El enfurrunchamiento castellano-manchego no tiene entidad suficiente como para llevar a una disputa de grandes dimensiones, sino más bien es algo que desagrada o incomoda. Que molesta o nos fastidia.

El enfurrunchamiento en nuestra tierra es algo que se pasa no con el tiempo sino en un rato, porque cuando un castellano-manchego se enfurruncha mucho, ya no es enfurrunchar, eso ya tiene el calibre de cabrear, que aunque en realidad sea “meter el ganado cabrío en un terreno”, en nuestra tierra es una palabra que no tiene lugar para las dudas.

Con toda esta reflexión podríamos entrar a valorar, como hacía Gila, la diferencia entre enfadar, cabrear y obrar con mala leche y, atendiendo a la intensidad de la sensación, en este caso “enfurrunchar” estaría, sin duda, delante de enfadar.

P. Moratilla


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